Blogia
Jorge García-Dihinx

VIVE DEPRISA, MUERE JOVEN

VIVE DEPRISA, MUERE JOVEN

 

En este mundo de hoy en que vivimos, “peligrosamente” (como el título de la película), podemos agotar nuestra existencia vital sin llegar a vivirla realmente. Así está a punto de sucederle a Ricardo Darín en “El hijo de la novia”, al que un infarto de corazón está a punto de arrebatarle su vida. Ese episodio le hace darse cuenta de la vida que estaba viviendo. La vida de otros, al servicio de otros, corriendo de aquí para allá, siempre corriendo, huyendo... huyendo de quién? De sí mismo. Uno, por más que corra nunca puede dejar atrás a sí mismo. Siempre está contigo, por mucho que corras. Entonces, como no lo puedes dejar escapar, uno se enfrasca en continuas actividades para no estar quieto consigo mismo ni un segundo. Y no paramos de hacer y hacer cosas para no estar a solas con nosotros mismos, con nuestros seres queridos, sin disfrutar de nuestra vida.

            Vida acelerada por los adelantos técnicos, que en vez de ahorrarnos tiempo para nosotros, nos obligan a hacer aún más cosas. Para qué? Para quién? Para enriquecer a los poderosos, que nos utilizan para producir más y más. 

           Antes costaba 3 horas ir de Zaragoza a Madrid. Ahora con el AVE te plantas en 1 h y 20 minutos. Qué adelanto! Qué delicia! Pero... dedicamos la 1 h y 40 minutos ahorrados en dar un relajante paseo por el Retiro? No, hacemos más viajes, más rápido. Más viajes a Madrid, a todos sitios. Praga y Budapest en 4 días, Londres en 48 horas con Ryan-Air. Disfrute de un “rápido” fin de semana en Inglaterra. Haga muchas fotos, para así poderlas disfrutar en la pantalla de su ordenador a la vuelta, ya que, durante su viaje, sólo tendrá tiempo de apretar rápidamente el disparador de su cámara antes de coger el siguiente metro al Tower-Bridge (menos mal que la vuelta completa en el London Eye dura 1 hora, así los turistas pueden por fin sentarse un rato y parar de ir de un lado para otro).

            Correr, ir de aquí para allá, trabajar, trabajar mañana y tarde, no parar... y un día, morir. Y tu vida? Se terminó? De qué servía el éxito externo si no tenías éxito interno? Viste a tus hijos crecer? Jugaste con ellos? Amaste a tu mujer cada día? O serviste a tu país para enriquecer a sus poderosos de arriba, a su presidente, al gerente de tu empresa o de tu hospital? Y tú...? 

           Las madres vuelven a valorar la lentitud de la vida vivida con ilusión cuando ven esa ilusión e inocencia en sus niños. La maternidad (y la paternidad) quizás nos devuelven un significado de la vida que el frenesí de este mundo parece habernos robado. El niño crece despacio (no puede andar o hablar antes del año), con alegría, inocencia, humildad y unas terribles ganas de aprender y absorberlo todo. Creo que el adulto con espíritu joven, lleno de vida, es el que se parece más a esos niños, disfrutando de cada pequeña cosa que conoce, como si fuera la gran maravilla de su vida. En los ojos de todos los niños se puede ver esa ilusión, esa inocencia, esa sabiduría. Por suerte, en los ojos de algunos adultos, también.            Jorge

P.D: Por cierto, los de la foto somos mi hermano Pedro, mi hermana María y yo, sería 1978 o así...

 

4 comentarios

Andrea D. -

hola,
buscando en la web portadas de películas favoritas, era infaltable no buscar al grande Ricardo Darín en la película El Hijo de la Novia; en efecto uno aprende que es a partir que tocas fondo, como le sucede a Rafael cuando sufre de un paro cardiaco, que te das cuenta de lo valioso que tienes en la vida y que sin embargo lo muy dejado de lado que esta a la vez; ello por hacer cosas que no te hacen felíz que solo las haces por compromiso, siendo en ése momento cuando en efecto dan ganas de mandar todo al demonio porque sencillamente ya estas harto y solo quieres olvidarte de todo, como lo dice en la película "irme a la mierda yo solito sin que nadie me joda", sin embargo si nos ponemos a pensar que hacer después de eso?, huir solamente o mejor enfrentar ese obstáculo que nos impide vivir realmente, renunciar a esa rutina para empezar a poner en marcha aquellas cosas que desconocidas, te motivan a seguir adelante, tanto que lo que empieza por ser una aventura termina siendo una pasión, porque ya encontraste algo en que realmente dedicarte.
saludos desde Lima - Perú

Maika -

Hola!
Me has emocionado tanto que me ha caido una lagrimica... me encanta tu blog, y eso que sólo he leido esto.
ENHORABUENA.
Maika

pm -

Me encanta la foto, las expresiones de los niños. Niños de aquellos tiempos en los que el tiempo no corría tan deprisa. ¿O es más bien que para los niños no corre el tiempo como para los mayores? Esa sensación de que se nos acaba el tiempo, quizá porque vamos deprisa a todas partes, sin sentir, sin disfrutar de lo que estamos haciendo. Queremos hacer demasiadas cosas y no saboreamos ninguna de ellas de verdad. Tenemos que parar ese ritmo y sentarnos a contemplar nuestra vida. Día a día. Es fácil de decir, pero luego la vida nos atropella con sus prisas cotidianas... Incluso los niños nos hacen llevar un ritmo frenético: que si los llevo al baloncesto, que si los deberes, que si el ballet los sábados... Los metemos en nuestra rueda de prisas, a rodar y rodar sin parar...

Maria Jose -

Cuanta razón tienes. Qué gran pelicula "El Hijo de la Novia", una de las mejores frases cuando el padre le hace el tiramisú, y Ricardo Darín extasiado dice "tiene que ser mascarpone". Yo extrapolo ese delicioso postre a la vida real y siempre me digo que para hacer buena masa hay que poner buenos ingredientes. El tiempo y la sencillez de la vida son imprescindibles para ser feliz.